sábado, abril 27, 2013

ESTIMADOS LECTORES

En la actualidad estamos haciendo algunos cambios que permitirán una mayor fluidez comunicativa y mayor interacción con Ustedes. Por diversas razones, nos habíamos ausentado temporalmente, pero estaremos de regreso más temprano que tarde. Presentamos nuestras disculpas debido a tal ausencia.

Hasta muy pronto,

Alvy Bryce

martes, julio 06, 2010

Compartir aprendizajes

Por Hilde Adolfo Sánchez F.

Uno de los problemas de la inteligencia racional es su necesaria esquematización y organización asociativa de las ideas, de las imágenes, de los conceptos. Por ello los mapas o esquemas conceptuales tienen utilidad lineal; la dispersión, la disgregación, los atajos y vericuetos son difíciles de concebir.

En mis revisiones sobre Ausubel[i] y Novak[ii], tanto para el estudio de los mapas conceptuales como para el aprendizaje significativo, en oposición al aprendizaje mecánico, me encuentro con algunas paredes a las que inexorablemente debo derribar. Los mapas conceptuales son recursos importantísimos para el desarrollo de la racionalidad, tanto en la cognición como en la metacognición y responden, por lo tanto, al necesario entrenamiento de la inteligencia racional (cognitiva y metacognitiva). Todo su desarrollo y creatividad serán indudablemente interesantes, pero limitados. Hasta para hablar de las emociones se requiere de la inteligencia racional (mental, dirían muchos); pero sólo saliendo de esas barreras del convencionalismo lograremos dar el gran salto.

El mapa conceptual facilita la enseñanza pues dirige la intencionalidad pedagógica, ayuda al aprendizaje, conduce el recorrido del aprendiz. Debe el docente, sin embargo, garantizar la expresión y demostración de las múltiples posibilidades del estudiante, quien puede recorrer caminos distintos, y hasta opuestos, a los presentados por el docente con iguales y hasta mejores resultados.

Como evidencia debo reconocer la valentía de Novak para aceptar que su rango es la taxonomía de Bloom, con los niveles V y VI como su máxima aspiración:

Una vez que los estudiantes han aprendido a preparar mapas conceptuales, éstos pueden emplearse como instrumentos poderosos de evaluación. En su Taxonomía de los Objetivos de la Educación (1956), Bloom esbozó seis “niveles” de objetos educativos.[iii] Es sencillo redactar preguntas objetivas para comprobar si se han alcanzado los objetivos que Bloom llamaba del Nivel I (recuerdo memorístico de información concreta), pero resulta extremadamente difícil diseñar una prueba que determine si los estudiantes han analizado, sintetizado y evaluado los nuevos conocimientos (objetivos comprendidos en los Niveles IV a VI). (Pág. 3)

La otra afirmación discutible de Novak es que “no se comparten los aprendizajes sino los significados”.

Concretamente dice:

Adviértase que en ningún momento hablamos de aprendizaje compartido, porque el aprendizaje no es una actividad que se pueda compartir, sino un asunto en el que la responsabilidad es del individuo. En cambio, los significados sí se pueden compartir, discutir, negociar y convenir. Pág. 9.

El aceptar esta afirmación de Novak implica una serie de riesgos que me atrevo a expresar, para compartir. Ciertamente el significado es un contenido semántico condicionado por el sistema, por el contexto.

Significado, da. (Del part. de significar). Adj. Conocido, importante, reputado. || 2. m. Significación o sentido de una palabra o de una frase. || 3. Cosa que se significa de algún modo. || 4. Ling. Contenido semántico de cualquier tipo de signo, condicionado por el sistema y por el contexto. (DRAE)[iv]

El aprender se refiere a la adquisición individual, personal de algo por medio del estudio o de la experiencia (aprendizaje significativo ausubeliano).
Aprender. (Del lat. apprehendĕre). tr. Adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia. || 2. Concebir algo por meras apariencias, o con poco fundamento. || 3. Tomar algo en la memoria. || 4. ant. prender. || 5. ant. Enseñar, transmitir unos conocimientos. (DRAE)

Creo que la intención es hacer sentir al estudiante como el definitivo responsable del aprendizaje (Novak lo afirma). Esto ha ido sustituyendo, en el léxico educativo, el término educar por aprender[v] y con ello se han ido prefiriendo los vocablos tutor, guía, facilitador en vez de docente, maestro, profesor y educador, generando paulatinamente en una desaparición de la obligatoria responsabilidad pedagógica hasta llegar en un irresponsable y cómodo “dejar hacer” y en algunos casos hasta el “trabajen ustedes que yo cobro”.

Se rechaza el término por el desconocimiento de la virtud polisémica del castellano (para no referirme a otras lenguas como el francés o el inglés). ¿Será porque el aprendizaje no se puede repartir, dividir o distribuir en partes? Se obvia que el compartir se refiere también a la posibilidad de compartir, en el sentido de participar.

Compartir. (Del lat. compartīri). tr. Repartir, dividir, distribuir algo en partes. || 2. Participar en algo. (DRAE)

De manera que compartir es sinónimo de participar y en esta acepción nos refugiamos los que sí creemos en el aprendizaje compartido, en el aprendizaje que se comunica, en el aprendizaje que se participa.

Participar. (Del lat. participāre). intr. Dicho de una persona: Tomar parte en algo. || 2. Recibir una parte de algo. || 3. Compartir, tener las mismas opiniones, ideas, etc., que otra persona. Participa de sus pareceres. || 4. Tener parte en una sociedad o negocio o ser socio de ellos. || 5. tr. Dar parte, noticiar, comunicar. (DRAE)

Se comparte cuando se asumen las mismas opiniones, ideas de otra persona. Es que no podría ser de otra forma. Eliminar tan alegremente el compartir del aprendizaje sería descartar la función pedagógica. El docente comparte sus descubrimientos, sus opiniones, sus pareceres con sus alumnos. Esos pareceres, esos conocimientos los compartió antes, probablemente con sus maestros, con sus libros, con sus compañeros de estudio. Cómo se explica el logro esperado de Novak cuando dice que “La confección de mapas conceptuales por grupos de dos o tres estudiantes puede desempeñar una útil función social y originar también animadas discusiones en clase”. (ib. Ídem). Estudiantes y docente discuten significados; pero también, discuten y comparten aprendizajes.

A esto se agrega que el alumno debe compartir sus aprendizajes con su docente para que éste pueda verificar ese logro y valorarlo con una calificación. ¿Acaso se evalúan sólo significados?

El compartir el aprendizaje, más que los significados, le da fuerza individual y colectiva al aprendizaje. El significado tiene un infinito valor personal, pero el aprendizaje agrega un valor especial al acto educativo; le da un sentido trascendente y mantiene la necesidad de la escuela como “sistema”, como “ambiente”, como entorno del acto educativo.

Si logramos compartir estos aprendizajes y revisamos nuestro papel y nuestra responsabilidad como docentes, tal vez encontremos las fallas que como tales estamos cometiendo y a lo mejor descubrimos que ser docente tiene mucha más dificultad que la que probablemente estamos experimentando. Ser docente no es decirles a nuestros alumnos lo que deben aprender, inventar, descubrir, producir, e incluso llegar a sustituir nuestra función mientras nos limitamos a criticar, censurar y, en muchos casos, a burlamos de ellos pues sencillamente no tenemos la más remota idea del esfuerzo que están haciendo para lograr su aprendizaje. A lo mejor no hemos alcanzado el nivel de nuestros alumnos. Para beneficio de nuestros alumnos y para la tranquilidad de nuestra conciencia, sigamos compartiendo nuestras experiencias de aprendizaje.

En Palermo de Cubiro, 11 de junio de 2010.
_________________________________________________________________________

[i] Ausubel, D. P. (1976). Psicología educativa. Un punto de vista cognoscitivo. Ed. Trillas. México
[ii] Novak, J - Gowin, B. (1988) Aprendiendo a Aprender. Martínez Roca. Barcelona
[iii] Se ha criticado ampliamente, y con razón, la validez de los seis niveles de la taxonomía de Bloom. Si nos referimos a este trabajo es sólo porque se cita abundantemente en la literatura educativa y porque es bien sabido que la evaluación de los objetivos “más elevados” resulta, en el mejor de los casos, difícil. (Esta nota es de Novak, no mía).
[iv] Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
[v] Enseñar como antónimo de aprender, según DRAE

lunes, abril 19, 2010

Guerrilla Metonímica

Por Hilde Adolfo Sánchez F.
Cuando los muchachos antichavistas crearon el slogan “tas´ponchao”, a nadie se le ocurrió que habían jugado una “caimanera” con el presidente, y que le habían propinado los 3 lanzamientos por el “plato” sin que el mandatario lograra tocar la bola. El pasado 18 de abril leímos en la prensa: “Sabuesos detienen a 30 ciudadanos y los ponen a la orden de la justicia”. ¿Será posible que la sociedad protectora de animales proteste por el uso inapropiado de los canes? ¿Se ofenderán los integrantes del CICPC por ser tratados como perros?
Agreguemos: “Desde ayer comenzó la gira de medios por toda Venezuela promocionando su tema Traficando Flow, homólogo de su nuevo disco”. Esto es parte del texto de promoción de Waika MC de su producción “TRAFICANDO flow”, dice el cantautor que “se trata de una mezcla de hip hop, con ritmos afrocaribeños y música latina, que tiene buena vibra y expresan una letra de contenido social”. (http://www.analitica.com/va/entretenimiento/ocioccs/8988616.asp )
¿Quién puede pensar que esta producción se refiere a algún criminal? La notoriedad comunicacional del tráfico nos lleva a pensar en el mundo delictivo con esta palabra, pero esa restricción idiomática no castra la multiplicidad semántica de la palabra “traficar”, como “comerciar”, además de “hacer negocios no lícitos”.
Hace unos cuantos años, en Venezuela, se armó una frenética discusión por una canción de Guillermo Dávila en la que él hablaba de “Sin pensarlo dos veces, nos violamos de amor”. “Morirse de miedo”, hecatombe, colapso y muchos otros vocablos tienen un extremo significado, a lo que se agrega el recurso alegórico, figurativo para generar sus variaciones.
Al padre Rojas lo amonestó hipócritamente la iglesia por decir “Patria, socialismo o muerte”, la misma iglesia que ha impuesto el terror, la muerte (y no, alegóricamente), la iglesia que nos ha enseñado que sólo podemos matar y dar la vida por Dios y por la Patria. Esto justificó las cruzadas, por ejemplo. ¡Cuántos mártires son venerados por haber dado su vida por Dios!
Cíclicamente van surgiendo estas experiencias contradictorias en el idioma que conducen al enriquecimiento de la capacidad comunicacional de los hablantes, afortunadamente. El término guerrilla (diminutivo de guerra) es una “pelea de poca importancia”. Además de éste y otros significados se conoce como guerrilla, al antiguo juego de naipes. Cuando se dice “en guerrilla”, se trata de un locativo adverbial para referirse al trabajo “en grupos poco numerosos”. También da a entender que se trata “aisladamente, separados unos de otros” (DRAE).
Cada quien puede interpretar el término como le parezca alguna de sus acepciones. No creo que se haya armado algún conflicto cuando se inauguró el primer campeonato de naipes llamado “guerrilla”. Ahora bien, como la guerrilla es diminutivo de guerra es oportuno aclarar este vocablo que además de sus significados muy populares, actualmente, como desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias, lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación, en sentido figurativo, se refiere a “guerra campal entre madre e hijos”. Una guerra de bolas es un juego de billar en el cual entran tantas bolas cuantos sean los jugadores, y consiste en procurar hacer billas.
¿Quién no ha oído la expresión guerra de cifras, cuando se hace referencia a discrepancia sobre las cifras referentes a algo? ¿Qué es una guerra de palos? Un juego de billar en el que se colocan en medio de la mesa cinco palitos numerados, con los cuales se efectúan los lances. ¿Quién no habla hoy en día de guerra de precios para referirse a la rivalidad entre varias compañías o establecimientos por ofrecer los precios más bajos a sus clientes? Muy oportuno para referirnos a la famosa guerra sucia, conjunto de acciones que se sitúan al margen de la legalidad y combaten a un determinado grupo social o político. ¿Y cuando un niño da guerra por causar molestia, o por no dejar tranquilo a alguien?
Es probable que el próximo 13 de junio ya no bailemos la Batalla en homenaje a San Antonio pues “no debemos estimular los enfrentamientos entre los niños”, cuando esta costumbre ancestral con el baile de garrotes jamás ha sido pensada negativamente sino como reconocimiento a la acumulación tradicional de una cultura que el sistema educativo la transmite generación tras generación. Cada uno de estos términos ha ido variando históricamente de acuerdo con necesidades expresivas de cada ocasión. Eso ha sido bien interpretado y se ha producido un desplazamiento semántico en función de la aceptación o no de los hablantes. Si no queremos ver La Batalla como un hermoso Son del Tamunangue por referirnos a una expresión violenta, debemos eliminar las competencia de sables, espada, esgrima, boxeo, lucha. Debemos eliminar el béisbol en el que se “enseña” a los niños a “estafar, robar” las bases y hasta se otorga un premio al mejor “estafador”.
Si revisamos nuestras fechas patrias, unas cuantas son para celebrar batallas, asaltos, guerras, guerrillas, enfrentamientos militares, sublevaciones y hasta “traiciones” ¡Cuántos epónimos (como Andrés Eloy Blanco, Lisandro Alvarado, etc.) deben sentirse como “cucarachas en baile de gallina” con tantos guerreros, combatientes, militares como “colegas simbólicos”! Es que la diferencia entre traidor y héroe la impone el “triunfador”. El ascenso al poder de unos y otros va intercambiando ese orden a gusto y antojo.
Ciertamente debemos estar pendiente y observar de qué se trata la “guerrilla comunicacional”. Dentro de la “guerra mediática” (entre medios chavistas y antichavistas), me parece que se trata, y es una simple especulación, de la multiplicación del programa “La Hojilla” de Mario Silva, una guarimba mediática, tal vez (descripción, sin bautizo, por Chávez en su enfrentamiento con Caldera y como criminalización contra sus opositores, después). No tengo dudas de que esta nueva “guerrilla” es una acción política; y de acuerdo con lo que han dicho algunos voceros chavistas se trata de “enfrentar aisladamente con iniciativas espontaneas, “la mentira de los medios”. Algo parecido a lo que hicieron los teléfonos celulares en España en las elecciones y la terrorista explosión de la estación del metro, con Zapatero como el ganador de esa “guerra” de mensajes de texto. La misma guerrilla impuesta por la oposición venezolana por medio de las “redes sociales”, sólo que los chavistas la bautizaron y con tan estruendoso éxito que han superado a los publicistas cuya inteligencia parece que se les ha quedado en los genitales (“sólo el sexo vende”).
Recordemos que como “guerrilleros” ultramodernos se comportaron los estudiantes de la oposición cuando se movilizaron recientemente en Caracas, mediante el twitter; engañaron a todo el mundo, especialmente a los organismos de “seguridad” del estado y a los mismos dirigentes del oficialismo. Sorprendieron a propios y extraños cuando se aparecieron en el canal 8 para exigirles a directivos de esa planta que modificaran su violenta programación. Expresaron fuertes críticas muy especiales al programa del Mario Silva. Creo que esa acción fue de “guerrilla” y no precisamente para generar violencia sino en busca de la paz. Si lo hubiesen hecho convencionalmente, en el marco de una batalla, no habrían llegado al canal o se habría generado algún lamentable enfrentamiento.
De manera que, como lo expresa el DRAE, la metonimia es, en el mundo de la retórica, un tropo que consiste en “designar algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa o viceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada, etc. (las canas por la vejez; leer a Virgilio, por leer las obras de Virgilio; el laurel por la gloria, etc.).
No es necesario aparentar ser más brutos que lo que realmente somos. El gobierno quiere decirle a la oposición cómo debe desempeñar ese rol y son esas críticas duras las que le han permitido al antichavismo cambiar y avanzar. Los antichavistas sólo se preocupan por declarar malo todo lo que viene de sus adversarios sin que surja alguien que ofrezca un proyecto distinto del socialismo; tal vez temen que con sus observaciones el gobierno corrija y mejore el país y se aleje más la posibilidad del “quítate tú pa´ponerme yo”. El gobierno está empeñado en imponer un “socialismo capitalista” y a los antichavistas parece que les gustaría un “capitalismo socialista”. Probablemente ambos bandos están de acuerdo “diacrónicamente”; como con la Constitución pues quienes más la rechazaron se han constituido en su más apasionada defensa y a quienes la escribieron ahora les genera urticaria. Desde Palermo de Cubiro.

viernes, enero 02, 2009

Carta abierta a El Impulso

Estimados señores

Les escribo para hacerles llegar mi protesta sobre la publicación de una
fotografía en la primera página de la edición del día Domingo 28 de
Diciembre de 2008, sobre los mas recientes ataques en la Franja de Gaza. La
imagen, a todo color muestra claramente el cadáver quemado y parcialmente
mutilado de una víctima. Igualmente, en la página A6 de la misma sección,
muestran una fotografía de varios cadáveres de soldados. Estas imágenes
son extremadamente crudas, y la publicación de las mismas no hace otra
cosa que darle un tinte amarillista y sangriento, a una noticia que por sí
sola ya es preocupante y alarmante. Cualquier acto de guerra es un acto
violento, pero no debemos en nombre de la "
libertad de prensa", publicar
imagenes atroces que denigran ademas de la dignidad de las víctimas que
allí aparecen. Personalmente verifiqué la cobertura que de esta misma
noticia hiceron la BBC y CNN, y en ninguno de estas dos publicaciones,
aparecen imágenes tan grotescas y sangrientas como las expuestas por Uds.

Si dos diarios de prestigio internacional como los que mencioné, no
necesitan valerse de semejantes imágenes atroces para transmitir la
gravedad de lo ocurrido, no existen tampoco razones de carácter
periodístico para publicar fotos con tan alta carga de violencia.

La publicación de contenido violento y sangriento, no produce más que la
desensibilización de los lectores, que al exponerse a material de esa
naturaleza, terminan por aceptar que dichos imágenes y dichos actos forman
parte de la convivencia normal de la sociedad humana. En otras palabras,
la publicación desmedida de imágenes violentas no hace más que popularizar
este ambiente.

La libertad de prensa no debe ser utilizada como excusa para sembrar la
violencia en los lectores. Uds. abiertamente han declarado una línea
editorial en la que critican a ciertos sectores de la sociedad venezolana,
acusándolos de usar un lenguaje violento, pero me temo que Uds. están
mirando la paja en el ojo del vecino sin darse cuenta del hierro que
tienen en el suyo propio.

Es lamentable que este diario apele a técnicas de comunicación tan
amarillistas y violentas, que desdicen mucho de la ética editorial de este
diario. No existe una justificación razonable para la publicación de estas
imágenes, y por ello les hago saber mi protesta enérgica sobre su
publicación. Yo no ignoro la creciente inseguridad y violencia que existen
en nuestro país y en el resto del mundo, pero existen níveles mínimos de
respeto y decoro a la hora de publicar imágenes relacionadas con hechos
violentos.

Cuando un diario no atiende estos mínimos niveles de respeto, y publica
imágenes tan atroces, y además en primera página, no me queda más remedio
que pensar que a este diario no le importa pasar por encima de esas
normas. El propósito de tal acción, no se justifica con el ejercicio de la
libertad de prensa. Libertad de prensa no es publicar el cádaver de un ser
humano parcialmente quemado y mutilado, siendo transportando por miembros
de la Media Luna Roja.

La comunicación en un diario, se expresa tanto en palabras como en
imágenes. Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Si la imagen es
buena, las palabras seran buenas, pero si la imagen es mala, las palabras
serán malas.

La violencia que nos rodea no puede ser ignorada, deber ser denunciada,
pero ademas analizada y estudiada para buscar soluciones a la misma.
En este contexto, de un diario yo espero varias cosas. Espero más que la
publicación insensible de imagenes que tristemente revelan las
atrocidades que los seres humanos cometemos. De un diario, yo espero
palabras, que en un lenguaje coherente y claro, de manera consciente y
razonada, expresen no solo que vivimos en mundo cada vez más violento,
sino que además analice esas situaciones, exponga la opinión de expertos,
informe a su público de medidas de prevención y procure activamente la
ejecución de soluciones. Las pálabras tambien son poderosas, y son tan o
más enérgicas que las imágenes para transmitir -además muy
específicamente- las condiciones en que nuestra sociedad evoluciona.

Naturalmente, escribir esas palabras toma un esfuerzo intelectual y de
reflexión, mucho más intenso y demandante que el de simplemente publicar
una fotografía del cuerpo sangriente e inerte de un ser humano. Un
diario, en su definición primaria es un relato histórico de lo ocurrido.
Los diarios son palabra en su fundamento más básico.
Una colección de fotografías es sólo un álbum. Casualmente, una de las
definición de álbum de la Real Academia Española, es la de un libro en
blanco.

Al ver la primera página de El Impulso del 28 de Diciembre de 2008,
no me queda otra opción que pensar que este diario no tiene mucho
que decir, y que su publicación se sostiene unicamente de lo que
producen sus reporteros gráficos.

Los BsF 2,00 que hoy gasté en su periódico, están literalmente bañados en
sangre.

La próxima vez gastaré mis pocos centavos en otra cosa más constructiva.

Atentamente

Katherine Vieira

sábado, octubre 25, 2008

Anfitriona de Lujo

Kathy Vieira, Astrónoma Venezolana, Será Anfitriona de Lujo para las familias hispanas en el Observatorio de Yale

Por Patricia Juárez
Tomado de: http://lavozhispanact.com/IndexLaVozHispana/estado_1016_1%20Kathy.htm

La Pasión por la Observación
Vivaz y carismática, Kathy Vieira atrapa a las personas con su plática entusiasta cuando de hablar sobre el Universo se trata. Estrellas enanas, cúmulos estelares, nebulosas planetarias, agujeros negros, materia oscura, la curvatura del tiempo y del espacio y mil tópicos más de la ciencia de los astros que son prácticamente incomprensibles para la mayoría de las personas, en palabras claras de la joven astrónoma parecen ser conceptos accesibles y hasta sencillos. Será porque se expresa con la pasión de quienes aman lo que hacen y desea contagiar a otros para que atisben ese mundo fascinante del conocimiento que está escrito en el cielo nocturno que apenas podemos observar desde nuestras ciudades.Lo difícil para quienes habitamos grandes áreas iluminadas artificialmente y nos gusta admirar a las estrellas, es encontrar un sitio lo suficientemente oscuro que permita la observación de la luz que nos llega de lugares y tiempos muy remotos. En el estado de Connecticut, al lado del aeropuerto de Bethany, existe un lugar que reúne esa condición de oscuridad y donde algunos aficionados llevan sus telescopios y los apuntan hacia el cielo. De cualquier modo, la mejor vista de nuestra galaxia solo es posible en el hemisferio sur, desde países como Chile –donde se encuentra uno de los observatorios más importantes del mundo-, porque desde el hemisferio norte no estamos muy bien ubicados en relación al núcleo de la galaxia.
El Observatorio de la Universidad de Yale
Kathy es estudiante de doctorado en el área de Astrometría en la Universidad de Yale, cuyo Departamento de Astronomía tiene más de 100 años de fundado. Hasta hace 3 años, los estudiantes solamente contaban con una instalación móvil para hacer sus observaciones, pero gracias a una generosa donación de la Familia Leitner, se creó el Leitner Family Observatory, desde el cual pueden ahora hacer sus estudios sobre la bóveda celeste los alumnos de licenciatura y el cual recientemente ha sido abierto al público en general.Las instalaciones incluyen un par de telescopios de mediano alcance con los cuales es posible observar las galaxias más cercanas, como la de Andrómeda o nuestra propia Vía Láctea -la cual es visible a simple vista ya que estamos situados dentro de ella-, las franjas de Júpiter, los anillos de Saturno o nuestro hermoso satélite. Las observaciones desafortunadamente solo podrán hacerse en noches despejadas, ya que los telescopios ópticos tiene la capacidad de captar la luz lejana de cuerpos celestes y agrandar sus imágenes, pero no pueden hacerlo si esa luz es obstruida por las nubes, capacidad reservada a los radio telescopios. Serán hechas al oscurecer y durarán aproximadamente dos horas, durante las cuales los asistentes tendrán oportunidad de observar una fracción del universo y Kathy Vieira será sin duda una excelente anfitriona y guía durante las noches de observación para las personas que hablan español, ya que estará ahí para responder a sus preguntas e inquietudes. «No es de esperarse –advierte con honestidad- las espectaculares vistas impresas en fotografías de revistas especializadas o en películas y documentales plagados de efectos especiales. Pero el valor de lo que se ve radica en que es una vista natural, directa y real, que además no por ser más modesta que una serie de ciencia ficción es menos bella.» Pacientemente, Kathy nos explica que la potencia de un telescopio depende básicamente de su diámetro y de la distancia focal donde se forma la imagen. Entre más grande es su diámetro, capta más luz y se podrán observar objetos más lejanos o pequeños. Todo es relativo según el brillo de las estrellas y su alejamiento. Los telescopios del Leitner Observatory miden de 12 a 18 pulgadas de diámetro y tienen una distancia focal de 2 metros, mientras que telescopios como el de Chile, tiene un diámetro de 8 metros y una distancia focal de varias decenas de metros.
Ciencia, Religión y Extraterrestres
Katy Vieira también habla de la ciencia y la religión, entre las cuales no encuentra ninguna contradicción ni problema, ya que las maravillas que observa en el universo necesariamente han sido creada por una inteligencia superior que de algún modo lo diseñó y sabe como funciona. En cuanto a la posibilidad de la existencia de alienígenas, comenta que muy probablemente en algún rincón del Universo los habrá, ya que matemáticamente es posible debido a los millones de galaxias que pueblan el universo y que albergan a millones de planetas semejante al nuestro en el cual serian factibles manifestaciones de vida inteligente. El único problema para hacer una aseveración categórica sobre su existencia, es que hasta la fecha no existe ninguna evidencia que lo pruebe. Muchos de los famosos avistamientos de platillos voladores no son sino meras observaciones de sondas meteorológicas, experimentos militares o representaciones fraudulentas creadas con fines de distracción utilizados por gobiernos o grupos de poder para que la gente se desentienda de problemas verdaderamente terrícolas y que le afectan directamente. Tanto las abducciones y las supuestas naves espaciales tienen explicación perfectamente lógica. Algunas de las primeras son maneras subconscientes de justificar abusos sexuales o físicos, y las segundas pueden ser ilusiones ópticas producidas por fenómenos naturales en la atmósfera terrestre. En suma, aún no nos han visitado seres de otras galaxias, o por lo menos, no han dejado pruebas o recuerdos de su visita.

http://lavozhispanact.com/IndexLaVozHispana/estado_1016_1%20Kathy.htm

viernes, febrero 22, 2008

LA PARÁBOLA DEL ESPECULADOR


Palimpsesto

Por Naudy H. Lucena

Si usted, mi estimado lector, coloca a un consumidor en una olla de agua caliente, este intentará escaparse de inmediato, pero si lo hace gradual, con paciencia, sutilmente, permanecerá tranquilo. Primero comienza a escasear la leche, después el arroz, el azúcar y la harina; el pollo desaparece junto a la carne de res y el pescado nada que ver; pero el consumidor de estos productos, a pesar de hacer algunas quejas en las largas colas de los supermercados; llevarse uno que otro bastonazo por las costillas, extrañamente, como un místico Español, artista del hambre, sabe esperar, es decir, hierve lentamente.

En eso, surgen en la escena dos figuras negativas del repertorio económico emergente, el acaparador y el especulador, entre tantos otros mercaderes, a quienes se responsabilizan de inmediato de la escasez y una vez detectados y aparentemente controlados los efectos dañinos que estos han provocado, aparecen la leche y el arroz y comienzan a llenarse los estantes y disminuyen un poco las colas de los supermercados. Eso si, los productos tienen una nueva etiqueta y nuevos precios. Tal como lo pronosticó Peter M. Senge (1), igual a la rana hervida, algunos consumidores sienten el efectos de los hechos de la realidad económica pero no están preparados para comprender y defenderse de los procesos de cambios , subyacentes, lentos y sutiles en los cuales están comprometidos. Su adaptación a los cambios es lenta pero segura.

En este sentido, podría decirse que la realidad socioeconómica del país, es algo que no se puede modificar de un solo golpe, salvo hacerle algunos arreglos que compensen un poco sus deficiencias y todas aquellas situaciones imprevistas del mercado, como el acaparamiento y la especulación que tienen su interpretación-explicación en las leyes clásicas de la economía, la circularidad , la oferta y demanda, la producción, los inventarios; y demás cuadros derivados de la oposición entre la abundancia y la escasez, aquí por el contrario, tales cosas dejan en el público consumidor una visión un poco desamparada de la realidad.

Así que, las reglas universales de la economía sobre la cuales siempre se ha creído y algunos creen que se apoya el edificio social, si se comparan y aplican en la sociedad nuestra, se observa que estas son intervenidas fácilmente por la negación creadora y continua de los llamados “vivos”, el parásito, el excéntrico, el oportunista, el avaro, el corrupto, el “te estás llenando”, “No me de pero póngame donde hayga” (2)

¿No serán estas figuras del acaparador y el especulador, los símbolos básicos de las leyes de la economía y además parte de la filosofía que rige el país?

¿No serán, el acaparador y el especulador, metamorfoseados estos bajo otras figuras, los mismos empresarios, el almacenista, los bodegueros, los detallistas, el buhonero y tantos otros personajes del mundo económico, reino de las oportunidades?

Ellos son, aunque usted no lo crea, los que inciden en la llamada demanda, incluyendo la ansiedad y demás elementos simbólicos y abstractos del deseo, inducido, provocado o no, del consumidor; ellos retiene sus inventarios y al igual a los caimanes del Orinoco esperan el momento propicio para poder distribuirlos, porque paradójicamente, ganan sin vender, y pierden de ganar más si venden y además, son los únicos que regulan realmente en el mercado toda clase de ofertas; el monopolio y el oligopolio lo inventaron ellos y quien monopolice y oligopolice en este reino de oportunidades buen monopolizador y ologopolizador será.

Ellos imponen descaradamente sus intereses por encima de cualquier responsabilidad social y hasta llegan a estar al margen de las leyes vigentes; se burlan de toda clase de control y al final quedan impunes. ¿Quién podrá defendernos? La consigna que ellos manejan sobre nosotros los consumidores es muy clara, cada día sale uno a la calle y quien lo encuentre es de él. A ellos no les importa destruir el negocio sino salvarse a sí mismos; en todo caso todos esos bienes ganados no son fines en sí, sino recursos; sus actividades son en cierto modo una negación que afirma aquello que niegan, destruyéndolo. Después de ellos, como la cabra de Josefita Camacho (3) suelta en el jardín, nada será igual…

NOTAS
(1) Peter M. Sengue (1995) La quinta disciplina. Ed. Granica;Barcelona, España.
(2) Entre algunos miembros de ciertos grupos sociales de Venezuela, en general entre los sectores excluidos de la educación, “hayga” equivale a haya. Una persona que utilice esta expresión es considerada como “mal educada”, “marginada”, entre otros calificativos.
(3) “La Cabra Mocha” es una canción navideña venezolana (gaita zuliana), de mucha popularidad. Y dice así:

(Gaita venezolana)
Autor: Pandelio Hernández
Año: 1964

Esta vieja cabra mocha, antañona y populares una gaita ejemplar que cantando no se jocha (bis)

Estribillo
Ahí viene la cabra mocha de Josefita CamachoEs mocha de los dos cachos, del rabo y las dos orejasY es por eso que no deja que la cojan los muchachos
Esta gaita maracucha no tiene comparación porque alegra un parrandón y la baila quien la escucha (bis)

Estribillo
Un día la cabra mocha se le escapó a JosefitaPues quería hacer cositas con el chivito de Arocha (bis)

Estribillo
Aunque no tenga los cachos, ni el rabo, ni las orejas,Josefita no la deja que la cojan los muchachos (bis)

Estribillo
La cabra mocha parió del chivato de Morillolos chivitos amarillos que Josefita vendió (bis)

Estribillo
La cabra mocha es feliz cuando la llevan pa´l monte porque se equipa bastante con orégano y cuquí (bis)

La siguiente dirección presenta una reseña histórica de la gaita venezolana (Maracaibo, Estado Zulia). La misma contiene un link para escuchar “La Cabra Mocha”:
http://www.saborgaitero.com/2_Enciclopedia/que%20es%20la%20gaita.htm

Como anécdota, “¿Sabia usted que (…) La verdadera letra del estribillo es el (sic) siguiente: Ahí viene la cabra vieja/ de Dolorita Camacho/ es mocha de los dos cachos/ del rabo y de las orejas/ y por eso que no dejan que la agarren los muchachos”.
Tomado de:

lunes, enero 28, 2008

Quién sirve para las ciencias y para qué nos sirven las ciencias. (3ra y última parte)

Todos. Para hacernos seres humanos más completos. Esas son las respuestas. Pero si su curiosidad va más allá de saberlas, y Ud. quiere saber por qué esas son las respuestas, entonces lo invito a una lectura, en tres partes, que espero lo motive a apreciar y disfrutar de las ciencias, como uno de los caminos que nos llevan al mejor entendimiento de los que nos rodea, como parte del crecimiento humano.


El valor social de la ciencia


Algunas mentes mecanicistas insisten en la idea de que si un trabajo científico no produce un beneficio específico y tangible, en otras palabras un aparato, entonces no tiene trascendencia social. Esta es una visión anticuada y pobre del valor diverso que las ciencias nos ofrecen. Anticuada porque fue en el siglo XIX y principios del XX que se pensó que las ecuaciones diferenciales podían describir todo fenómeno observado en la naturaleza, si dichas ecuaciones eran conocidas. En esta visión, dadas unas condiciones iniciales y las ecuaciones que gobiernan el fenómeno, la solución final y sus resultados podían ser predichos con exactitud, como una máquina, que provista de los ingredientes adecuados, produce siempre el mismo resultado conocido. La realidad es que, primero los errores observacionales asociados a la obtención y medición de los datos de un fenómeno, nos impiden desde un principio el acceso a la información exacta que necesitaríamos para determinar esas ecuaciones. Lo segundo es que aunque conozcamos las ecuaciones que rigen un determinado suceso, puede ocurrir, como con el caso de la teoría del caos, que un leve cambio en las condiciones iniciales produce un resultado final absolutamente distinto.

Históricamente, la estadística y los métodos numéricos han sido los que nos han permitido cuantificar de alguna manera la información que obtenemos de los fenómenos, y en base a ellos, hacemos la conexión con el mundo teórico de las ecuaciones, dentro de lo que permiten los errores observacionales. Pero en las últimas décadas, el desarrollo de nuevas áreas de las matemáticas como la teoría del caos y la geometría fractal, han abierto la posibilidad de abordar temas – como la porosidad de un medio esponjoso - que ni siquiera estaban al alcance de los métodos numéricos. Es interesante que ambas aproximaciones nacieron de ideas profundamente abstractas de los llamados sistemas dinámicos y la geometría, como por ejemplo, el de crear estructuras autosimilares, que lucen siempre de la misma forma no importa cuantos aumentos hagamos de las mismas. Estas figuras presentan características extremadamente inusuales como el tener una longitud infinita, aunque poseen un tamaño finito, como el llamado copo de Koch (http://es.wikipedia.org/wiki/Copo_de_Koch, http://en.wikipedia.org/wiki/Self-similarity)

La visión mecanicista de la que hablé es además pobre, porque los beneficios de la ciencia se manifiestan no sólo en el mundo físico que tocamos y manipulamos, sino en el mundo de las ideas, en los intelectos, en las mentes, en la imaginación que todos poseemos y tenemos el derecho de usar y explorar. Nadie duda de la mente crítica e indagadora de los científicos, ¿entonces por qué no tener todos acceso a esa habilidad también?, insisto, no necesitamos ser científicos para lograrlo, pero si necesitamos aprender y disfrutar de las ciencias. La ciencia y la tecnología ni son lo mismo ni se hacen igual, la tecnología se origina en su forma más fundamental y original de las ciencias. Ambas son necesarias, ambas son importantes, ambas tienen gran un valor social, por su impacto en la evolución de la sociedad humana. El impacto más notable de la tecnología se percibe en la rapidez con que fluye la información y se realizan los acciones, eso ha determinado que la distribución de nuestras actividades en el tiempo haya evolucionado, disminuyendo la duración de algunos procesos, como la obtención de alimentos, y abriendo espacio para otras actividades, algunas de ellas tan novedosas que toman de sorpresa a la sociedad, y no siempre sabemos como manejarlas apropiadamente (como por ejemplo las redes sociales virtuales en internet). La tecnología muchas veces se adelanta al marco ético y moral que debería regularla, como en el caso de los experimentos de clonación con células madres. La tecnología ha tenido como meta global fundamental mejorar la calidad de vida de los seres humanos, y sin embargo son pocos quienes pueden disfrutar de las mínimas condiciones de nutrición y salubridad a las que todos tenemos derecho. Continentes enteros sufren de las más terribles condiciones de vida, que deberian darnos vergüenza como pobladores de este planeta. Es claro que la tecnología por sí sola no resuelve las desigualdades sociales a las que nos hemos atado, desde que comenzó la revolución agrícola del neolítico.

Por otro lado, el valor social de las ciencias es el poder intelectual crítico que adquirimos con el aprendizaje de las mismas. Es posiblemente el valor más importante, y a la vez el más intangible, el que más debemos preocuparnos por adquirir, porque esa manera de ver las cosas como ocurren alrededor, nos permitirá tomar decisiones y actitudes pensadas y meditadas, y no ser víctimas ignorantes de tendencias externas y ajenas, como por ejemplo creer de buenas a primeras en base a fotos de periódicos sensacionalistas, que los extraterrestres han visitado nuestro planeta y han realizado experimentos biológicos con seres humanos. La ciencia nunca ha negado la existencia de vida extraterrestre, pero todos los astronómos sabemos muy bien que las distancias en el universo son tan grandes, que por ejemplo la luz, que es la cosa que más rápido puede moverse, tarda unos 25 mil años en viajar del centro de nuestra propia galaxia hasta nosotros. Semejantes espacios hacen improbable el encuentro de dos fuentes distintas de vida. Es precisamente el límite físico de la velocidad finita de la luz, el que nos permite tener una ventana directa hacia el pasado del Universo y nos deja ver como fueron sus inicios, en la luz de las galaxias más distantes, cuyas imagenes nos muestran como eran los astros al comienzo de los tiempos. De otro modo, viviriamos hoy día mucho más ignorantes de la evolución cósmica, de lo que ya estamos. Los que apresuradamente aceptan la teoría de la visita extraterrestre, cierran en sus mentes la posibilidad de una explicación bastante más terrenal, como la que han planteado ya algunos psiquiatras y criminalistas, que indican que las supuestas abducciones bien pueden ser una cortina de humo, para ocultar crímenes de carácter sexual. Una persona víctima de semejante acto traumático es presa fácil de cualquier engaño que le haga creer que su cuerpo fue víctima de algo totalmente ajeno a este planeta. Hasta los mismos victimarios pueden macabramente propiciar este escenario y literalmente lavar el cerebro de la persona, cuya mente tambien actúa en este mismo sentido, bloqueando lo que seguramente es una espantosa realidad, substituyéndola por una historia fantástica, donde los culpables con literalmente inalcanzables.

De modo que la ciencia nos ofrece el inmenso valor de la visión crítica de lo que nos rodea, ello nos permitirá tener autocontrol de nuestros pensamientos, de nuestras ideas, de nuestras opiniones y sentimientos, de nosotros mismos, que es a fin de cuentas el único control que debemos aspirar a tener, aunque es sin embargo el más difícil de lograr. Cuando internalizamos el concepto de acción individual humana (y no de reacción condicionada), entonces somos personas que contribuimos genuina y sanamente al conglomerado que conforma la sociedad humana. Nuestras acciones pueden tener una consecuencia específica, planificada para el beneficio de quienes nos rodean. Si nos dejamos llevar sin conciencia por lo que nos rodea, y simplemente reaccionamos como perros plavlovianos, no somos más que actores de un guión que otros han escritos, y nuestros actos tendrán las consecuencias que los guionistas hayan previsto, según sus intereses. Si todavia hay continentes enteros muriéndose de hambre, porque varios de esos intereses no incluyen la extensión de los beneficios a todos los habitantes de este planeta, es entonces quizás conveniente que otras civilizaciones pensantes del Universo no nos hayan encontrado todavia, porque seguramente quedaríamos en vergüenza cósmica.

Einstein decía que la educación era lo que quedaba después que a uno se le había olvidado todo lo que aprendió en la escuela. Es muy cierto, se olvidan los conceptos y las formulas, pero quedan las lecciones más importantes, la manera de ver el universo, que es todo lo que nos rodea, desde lo más pequeño, hasta lo más grande, desde lo más cercano hasta lo más lejano, desde nuestra entorno mas familiar, hasta el conglomerado social que es nuestro país, nuestro continente y nuestro planeta. Ese es el valor de la ciencia.

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P.S. Alvy, gracias por tus observaciones sobre lo que significa el valor social, la reflexión que ellas indujeron, produjeron como resultado, un par más de párrafos que enriquecieron enormemente este artículo.


Quién sirve para las ciencias y para qué nos sirven las ciencias. (2da parte)

Por Astr. Kathy Vieira

Todos. Para hacernos seres humanos más completos. Esas son las respuestas. Pero si su curiosidad va más allá de saberlas, y Ud. quiere saber por qué esas son las respuestas, entonces lo invito a una lectura, en tres partes, que espero lo motive a apreciar y disfrutar de las ciencias, como uno de los caminos que nos llevan al mejor entendimiento de los que nos rodea, como parte del crecimiento humano.




Matemáticas, física y química:
El crimen que la educación venezolana ha cometido


Si las matemáticas sirvieran solo para "sacar cuentas" (1), entonces mi título de pregrado debería ser quemado. Un estudiante de ingeniería en un año hace muchas más cuentas que las que yo hice en toda mi licenciatura, usando además calculadoras programables y sofisticadas. Un contador o un administrador saca más cuentas que yo, y mejor. De manera que no, duélale a quien le duela, las matemáticas no son sólo para sacar cuentas.

Pero con eso nos han lavado el cerebro toda la vida, las matemáticas solo sirven para sacar cuentas, y ahora para eso están las calculadoras. Pero eso no es lo peor, lo más grave es esa vieja maldición educativa de las llamadas Tres Marías, matemáticas, física y química, a las que desde muy jóvenes nos presentan como terribles, duras, difíciles, solo para genios, y sin ningún valor práctico, inútiles. Excepto en raras y honrosas excepciones, el docente de matemáticas es el más temido, el más odiado, el más vilipendiado. Por otro lado, mientras más estudiantes reprueben la clase de matemáticas, mejor fama el profesor se crea. La física y la química a duras penas resisten este macabro escenario. Porque es macabro, pero pocos se dan o se quieren dar cuenta.

Es un crimen lo que se ha hecho con cientos de miles de estudiantes venezolanos que en las últimas décadas han desfilado por las aulas educativas odiando las ciencias, rehuyéndoles, rechazándolas, ignorándolas. Obviamente es mucho más fácil para algunos profesor "raspar" (2) a casi toda la clase, que darse el trabajo de preparar clases estimulantes para sus estudiantes. Porque es verdad, enseñar ciencias no es fácil, requiere entre otras cosas, mística, creatividad y gusto por la enseñanza, atributos muy escasos hoy día entre los muy orgullosos – pero muchas veces poco dedicados – licenciados en educación. Yo elevo mi voz de protesta y los acuso, sí, los acuso del desastre educativo que nos han estado dejando, y que se hace palpable cuando cada año que pasa, las habilidades numéricas y lógicas de los bachilleres que ingresan a las universidades son cada vez menores. Lo he visto con mis propios ojos, muchas veces. Nadie me lo puede negar. Vean las listas de evaluación de los estudiantes de primaria, secundaria y educación superior. El estudiante de buenas calificaciones en ciencias es una excepción, el estudiante de calificaciones normales es una minoría, el estudiante de calificaciones mediocres pertenece a la mayoría. Esta tendencia es independiente de los otros muchos factores que afectan el rendimiento estudiantil y que escapan a la voluntad del estudiante. El proceso educativo es complejo y muchos actores participan y determinan el éxito de un estudiante en su proceso formador, pero incluso dentro de aquellas poblaciones estudiantiles favorecidas por recursos disponibles, las ciencias son relegadas, rechazadas, renegadas.

Si miramos a los bachilleres que siguen carreras universitarias científicas, notaremos que son ellos precisamente los poquísimos estudiantes entusiastas de las ciencias sobrevivientes a semejante proceso alienador y destructor. No en vano, la calidad académica de las departamentos científicos de las universidades venezolanas es muy buena, después de todo se nutren de estudiantes que han casi que luchado contra el sistema educativo, para poder prepararse en las ciencias. Estos departamentos a su vez gradúan buena parte de su propio personal docente, tienen que autoabastecerse porque los profesores científicos universitarios son pocos.

Hacer las ciencias más atractivas a los estudiantes debe ser un objetivo fundamental a seguir. Es necesario estimular a nuestros niños y jóvenes, y los adultos también, sobre todo a los docentes, a acercarse a la ciencia, recalcando el valor educativo de misma como integradora de conocimientos. Hemos de tener sí un extremo cuidado en no confundir integración con generalización u homogeneización. Existen tendencias educativas que proponen la enseñanza de las ciencias como un bloque conjunto, donde todo se mezcla en un intento de darle un aspecto práctico al conocimiento científico. Bajo este concepto, se correo el peligro de diluir el valor de la precisión y de la lógica científica (3) . Eliminar la dificultad propia de las ciencias para hacerlas más “atractivas” a los estudiantes, presupone que nuestros niños no están intelectualmente preparados para enfrentar esos conocimientos, y eso es un insulto. Los flojos mentales son aquellos docentes que no valoran la enorme responsabilidad que sobre sus hombros pesa, y que prefieren hacer lo mínimo necesario para “cumplir” con lo que se les pide y nada más.

Entiendo que hay en muchas ocasiones pocos recursos para trabajar, pero la creatividad y la motivación del docente no se compran en las librerías, se cultivan en el carácter de la persona, y se transmiten con el ejemplo del trabajo diario. La creatividad no se usa cuando los recursos abundan, sino cuando estos escasean, la motivación no se necesita cuando todo funciona, sino cuando las cosas fallan. Los docentes tienen la responsabilidad, en el aula misma, de creativamente introducir conceptos abstractos de modo de inducir este tipo de pensamiento en sus estudiantes, ellos pueden además despertar en sus pupilos el interés de transformar un concepto abstracto en un hecho concreto, la aplicación práctica de las ciencias. Tanto en su aspecto teórico como en el práctico, las ciencias contribuyen al crecimiento del ser humano y de la sociedad donde vive.

Debemos integrar las ciencias a la vida del ser humano, relacionando sus conceptos y conocimientos con el quehacer diario, creando puentes, conexiones, no simplificando ni diluyendo, sino creando caminos que nos lleven a muchos distintos aspectos de lo que ocurre a nuestro alrededor. Una visión holística del proceso educativo busca integrar creando lazos, explorando distintas visiones, abstractas y prácticas. Una visión global (no globalizadora), busca entender como los detalles pequeños se ensamblan para crear una estructura organizada más grande. La educación científica proporciona a los estudiantes la oportunidad de experimentar todos estos procesos.

Los científicos son una élite

El diccionario de la Real Academia Española define élite como una minoría selecta o rectora. Interesantemente, la propia definición es elitesca, por lo mínima que es. Oligarquía y aristocracia tienen tres definiciones, y ¡cúpula tiene cuatro! . Naturalmente, dentro del contexto social, una élite representa a un grupo minoritario que posee una porción mayoritaria de algún tipo de poder. En la actualidad tiene una connotación negativa, porque históricamente muchas élites han abusado de su poder – de por sí grande – para su solo beneficio. Semánticamente, los científicos somos una élite, porque somos tan pocos, que somos efectivamente una minoría. Socialmente sin embargo, no lo somos. Los científicos como grupo social nunca han abusado del único poder que pueden atribuirse, el poder intelectual. Han liderado si revoluciones del conocimiento humano, que han cambiado el destino de la humanidad, y han moldeado entre otras cosas por ejemplo, la tecnología de la que hoy dependemos tan fuertemente.

Los deportistas son una élite. Pocos son los que poseen el talento físico, más la dedicación y concentración mental que exige ese mundo. Los logros deportivos son muy valorados porque significan un orgullo que por alguna razón, todos podemos compartir. Socialmente sentimos mucha empatía por nuestros deportistas y sus triunfos los hacemos nuestros. Sin embargo me pregunto porque los científicos no despertamos estas mismas emociones. Y me respondo: Es una cuestión de imagen, porque los científicos supuestamente somos medio locos, con lentes gruesos, y mal vestidos, parias leprosos casi. Y es una cuestión de educación, porque somos ignorantes de las ciencias, no queremos saber de ellas, en consecuencia no queremos saber de los científicos, porque son muy aburridos.

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(1) "Sacar cuentas", en Venezuela, realizar operaciones numéricas.
(2) "Raspado" o "raspao", en Venezuela, es sinónimo de aplazado, no aprobado, reprobado: estudiante que no logra obtener el puntaje necesario para aprobar un curso, y continuar hacia el siguiente o finalizar el mismo.
(3) Recomiendo leer esta carta abierta (en inglés) que al respecto escribe un profesor de física: http://http//www.wellingtongrey.net/articles/archive/2007-06-07--open-letter-aqa.html

Quién sirve para las ciencias y para qué nos sirven las ciencias. (1ra parte)

Todos. Para hacernos seres humanos más completos. Esas son las respuestas. Pero si su curiosidad va más allá de saberlas, y Ud. quiere saber por qué esas son las respuestas, entonces lo invito a una lectura, en tres partes, que espero lo motive a apreciar y disfrutar de las ciencias, como uno de los caminos que nos llevan al mejor entendimiento de los que nos rodea, como parte del crecimiento humano.




En octubre de este año, se dieron cita en la Isla de Margarita, astrónomos latinoamericanos provenientes de instituciones de todo el orbe, para presentar lo más reciente de sus trabajos en la XII Reunión Regional Latinoamericana de la Unión Astronómica Internacional (http://www.margarita2007.org/). Alrededor de 250 profesionales y estudiantes de la astronomía, además de algunos educadores y profesionales de la divulgación también se unieron a la cita, que tiene como propósito exponer los trabajos de investigación astronómica que se llevan a cabo en la región, además de fomentar lazos de colaboración internacionales entre las instituciones participantes.

El nivel de los trabajos presentados fue excelente y dio prueba de que la investigación científica astronómica latinoamericana es de la mejor calidad. Venezuela, con su Centro de Investigaciones de Astronomía (CIDA, www.cida.ve) destaca por sus poco más de 30 años de labor investigativa, y aunque contando con una planta pequeña de investigadores (si lo comparamos con institutos de la misma categoría en otros países), el nivel de sus trabajos está dentro de los estándares internacionales que definen la ciencia astronómica. Por el CIDA han pasado casi todos los estudiantes de matemática y física que han mostrado interés en especializarse en astronomía o astrofísica en Venezuela, y han recibido allí el mejor entrenamiento, teórico y observacional, capacitándolos para continuar estudios de maestría y doctorado, dentro y fuera del país.

La astronomía, casi como ninguna otra ciencia, tiene una virtud muy especial, la fascinación que ejerce en todos nosotros. Todos tenemos la curiosidad de saber sobre las estrellas, los planetas y los cometas, otras galaxias y otras posibles formas de vida, el espacio infinito y como se creó algo tan grande. Yo, quien fascinada por las estrellas finalmente me dediqué profesionalmente a ellas como astrónoma, he visto amas de casas, estudiantes, profesionales, militares, desempleados, brujos ¡y hasta sepultureros! hacer preguntas sobre la fases de la Luna, el paso de un cometa, o sobre si son ciertamente estrellas las que caen en las lluvias de estrellas. No importa el grado de instrucción, la ocupación o la edad de las personas, ante la posibilidad de plantearla, todos siempre tenemos una curiosidad astronómica que satisfacer.

Otras ciencias por el contrario no ejercen tal atracción, siendo quizás las matemáticas la más desechada de todas, por decirlo de alguna manera, por su aparente inutilidad en la vida diaria, por su poca inherencia en el mundo en que vivimos; después de todo, las calculadoras suman y multiplican por nosotros. Cualquier otra cosa que la matemática, la física, la química o la biología puedan ofrecernos, nos es irrelevante. Tal situación me parece terriblemente absurda, porque de hecho yo personalmente me formé como Licenciada en Matemáticas (UCLA) -1-, antes de iniciar mis estudios formales de física (ULA) -2- y astronomía (Yale) -3-. Mi experiencia con la matemática me permitió comprobar el valor enorme que éstas poseen.

Mientras era estudiante de pregrado, me enfrentaba a las miradas incrédulas de aquellos que se enteraban que estudiaba matemáticas puras. Casi inmediatamente era clasificada como cerebrito, en el mejor de los casos, y en el peor de los casos, escuchaba, y escucho, expresiones como “hay que estar loco para estudiar matemáticas puras”. Ni lo uno ni lo otro, como el resto de mis compañeros, yo me tenía que fajar horas y horas de estudio, tratando de entender el lenguaje netamente abstracto pero profundamente lógico que las matemáticas encierran. De manera que han sido muchas las pestañas quemadas, las horas no dormidas, los libros hojeados, leídos, marcados y escritos con notas, de mis estudios matemáticos. Y sí, la matemática pura es complicada, y para eso están los matemáticos que la estudian en detalle y profundidad, pero no tenemos que ser matemáticos para apreciarla y disfrutarla en nuestra vida diaria; como seres humanos abiertos al universo y sus maravillas, podemos ofrecerle también un espacio a las ciencias en nuestra vivencia, claro que para ello debemos empezar por no negarnos de antemano a ellas.


La ciencia es muy difícil, ergo solo para gente muy inteligente

Estudiar ciencias nunca ha sido fácil, pero la verdad es que tampoco es imposible. La fuerza que impulsa al investigador es la curiosidad, el deseo de saber cómo y por qué ocurren las cosas. El investigador se hace preguntas sobre un fenómeno, lo observa cuidadosamente, hace experimentos que le brindan información adicional, relaciona lo observado con conocimientos previos del tema, e intenta finalmente responder sus preguntas iniciales. Normalmente termina haciendo más preguntas, más complejas que las iniciales y con ello reinicia el proceso de la investigación.

La ciencia se caracteriza entre otras cosas, por una rigurosidad en su método, que no tiene otro fin que el garantizar la repetibilidad de la investigación, para su corroboración independiente y objetiva por parte de otros investigadores. Esa rigurosidad implica una dedicación al trabajo, un cuidado de los detalles, y una imparcialidad ante los resultados obtenidos, a los que quizás pocos estén acostumbrados. Con estos ingredientes básicos fundamentales, estamos en condiciones de hacer ciencia. Nótese que no he mencionado que sea necesario el poseer una inteligencia particularmente superior, que no voy a negar sería de ayuda, pero que no es suficiente ni necesaria para hacer una investigación científica de rigor. De resto, el entrenamiento formal en las labores de investigación ayuda a recorrer algunos caminos más rápidamente, después de todo no es necesario reinventar la rueda, y también da un sustento más firme y estructurado a la labor realizada.

No necesitamos saber mucho para empezar a hacer ciencia, no de antemano. Eventualmente durante el proceso de investigación, ciertamente adquirimos un conocimiento, muchas veces producto del manejo constante del mismo, pero éste es una adquisición, un beneficio de la investigación, no un requerimiento de la misma. En todo caso, ese conocimiento se convertirá en un ingrediente de investigaciones posteriores más profundas, pero eso viene después, no antes. Es el proceso iterativo natural que ocurre en la investigación, el que conlleva como resultado que quien la practica adquiere conocimientos. Pero repito, es un efecto, no la causa.

No necesitamos ser genios para ser científicos, pero sí necesitamos ser curiosos, mucho, y necesitamos dedicación para buscar y conseguir las respuestas. Y si pensamos en la curiosidad que en todos nosotros despierta la astronomía, por ejemplo, podemos de extender esa idea al resto de las ciencias, para apreciarlas y disfrutarlas, como nos merecemos. Una persona que busca nutrirse de todo lo que le rodea, se pierde de una enorme y satisfactoria experiencia si omite las ciencias de su vida. De manera que negarse a las ciencias porque necesitamos ser muy inteligentes para entenderla es un error, y grave además.


Las personas inteligentes, las personas educadas, las personas sabias

¿Quién es una persona inteligente? ¿Una persona que sabe mucho? No. Una persona inteligente es aquella que crea relaciones congruentes, lógicas y consistentes entre distintos hechos, situaciones o informaciones. Estos lazos le permiten encontrar más información y eventualmente formular nuevas preguntas, más complejas. No en vano, los tests de inteligencia nunca han sido tests de conocimientos, sino mas bien de encontrar relaciones entre distintos objetos, dada una información inicial sobre los mismos. Dentro de esta definición caben por ejemplo las llamadas inteligencias lógico-matemática, lingüística, espacial, kinestésica y emocional. Tristemente, tantas inteligencias atribuidas al ser humano, han sido usadas no sólo en buenas, sino en también malas maneras, así que de antemano debemos dejar en claro que inteligencia y humanidad no siempre van de la mano. No podemos olvidar que la valoración de un ser humano, proceso de por sí complejo, no puede descansar únicamente en una evaluación de sus capacidades intelectuales.

La inteligencia en su definición más amplia y global, parecer ser una característica muy propia del ser humano, que nos distingue de otros seres vivos, sin embargo experimentos en primates y aves, han mostrado indicios de que ésta parece no ser exclusiva de nuestra especie. Hay otra cosa común además, la estimulación - mientras más temprana mejor - ayuda enormemente a desarrollar esa inteligencia, que está muy probablemente impresa química y eléctricamente en nuestros cerebros. Dicho en las palabras del sabio griego Plutarco de Queronea: La mente humana no es un recipiente para ser llenado sino una antorcha para ser encendida.

Las personas educadas son probablemente las más sencillas de definir, son aquellas que han tenido (y aprovechado útilmente) un entrenamiento educativo formal, y naturalmente mientras más alta sea la categoría de dicho entrenamiento, como por ejemplo un estudio de postgrado, más educada esta persona es. Por último, las personas sabias son aquellas que han adquirido conocimientos gracias a la experiencia vivida, es por tanto un conocimiento acumulado en el tiempo, producto de la observación repetida de un suceso. Esa observación bien puede ser pasiva, es decir, la persona simplemente observa como pasan las cosas, y al verla ocurrir varias veces, crea una estadística de la misma de la cual infiere una conclusión. Parece mentira, pero usamos las matemáticas de las formas menos pensadas.

Tras muchos años de dar cursos y charlas de astronomía, he encontrado en muchas ocasiones, a personas que cuando hacen sus preguntas revelan esa facilidad para la conexión de ideas que caracteriza a la inteligencia. La variedad de público con la que he tenido la oportunidad de interactuar, me permite sustentar firmemente la conclusión de que estas personas no eran particularmente muy educadas (formalmente, me refiero), y no todos eran personas de edad con sabiduría acumulada. Eran todas sí, personas que escuchaban atentamente, aunque no solo con los oídos abiertos, sino con la mente y la imaginación abiertas, relacionando conceptos, creando una estructura global coherente de lo aprendido. Como dije anteriormente, desde quien cava la tumba de otras personas, hasta quien posee un titulo de doctorado, todos podemos y tenemos el derecho a aprender del mundo, porque tenemos el potencial innato de hacerlo. Aprender del mundo incluye aprender sobre las ciencias, la astronomía siendo quizás de las más fascinantes y populares, pero también podemos abrir nuestros cerebros – y corazones – a todas las ciencias, en las múltiples formas que ellas se nos ofrecen.

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(1) UCLA, Universidad Centrooccidental Lisandro Alvarado, Barquisimeto, Venezuela.
http://www.ucla.edu.ve/

(2) ULA, Universidad de los Andes, Mérida, Venezuela. http://www.ula.ve/

(3) Yale, Universidad de Yale (Yale University), New Haven, CT, USA. http://www.yale.edu/